quien lucha sin las armas

unos vienen con sus gases y sus cascos bien puestos en aquellos robóticos disfraces. Otros esconden sus rostros y llenan sus manos de piedras, son lo único que nos queda, gritaba una mujer. Y entonces vienen a las trinchera de cartón y lanzan los mismos gritos de odio que se lanzaran en el pasado. Mas yo los miro desde lejos, acúsame de cobarde si asi lo cree, pero desde aquel rincón apartado del caos veo aquel juego en que ambos bandos parecieran ser iguales ante aquella ira que les hace correr unos tras otros en un círculo que no entrega respuesta alguna. Y ciegos todos comienzan a apoyarse sin querer en las paredes con las manos en alto. Y desde aca sigo mirando y no comprendo que pedían, por que luchaban por que todos, en el fondo solo peliaban contra el enemigo fantasmas, directores que han planeado todo tras el escenario mientras los que luchan siguen ahi confundidos entre el humo y el fuego e imaginan ver en el rostro del otro el rostro del enemigo ideal, aquel que sin armas está ganando esta batalla.